Las emociones son pura energía por ende pujan por ser liberadas. Es fundamental reconocerlas y brindarles un canal de expresión adecuado y saludable para nosotros mismos.
Es de vital importancia poder sentir, expresar y verbalizar a las mismas. El poner en palabras lo que sentimos nos permite pensar, reflexionar, evitando el impulso por el cual la emoción se "saltea" al pensamiento y pasa directamente a la acción (secuestro emocional).
Al poner en palabras evitamos exponer al cuerpo como canal de expresión y lo liberamos de somatizar aquello que callamos.
Es nuestra responsabilidad y elección como nos posicionamos frente a nuestras emociones.
Muchas veces creemos que el problema son las emociones en sí mismas y buscamos evitarlas, ocultarlas, taparlas, cuando en realidad, el problema es justamente esa exclusión a nuestro sentir. Cuanto más esfuerzo dediquemos a excluirlas, con más fuerzas se incluirán en nuestra vida.
Las emociones forman parte de nosotros mismos, están para vivirlas, para aprender sobre ellas, para expresarlas y sentirlas, no para reprimirlas.
